domingo, 19 de septiembre de 2010

Cerámica de Chulucanas






Chulucanas es un pequeño pueblo situado a 1 hora de viaje en auto de la ciudad de Piura, a 1000 km. de Lima, en la costa norte del Perú. Los habitantes de este pueblo son descendientes de los tallanes y Vicús, antiguos habitantes precolombinos de esta región, quienes desarrollaron la cerámica en negativo que hoy podemos apreciar en algunos museos bajo el nombre de Vicus. Dicha técnica de decoración se ha convertido en la principal característica de la Cerámica de Chulucanas.

De la cultura Tallan, heredan la técnica del paleteado, que es un método muy singular de modelar vasijas tan solo utilizando una paleta de madera y una piedra redondeada, se golpea la parte externa de la vasija y rítmicamente con la paleta mientras por el interior con la piedra, a manera de yunque, se va adelgazando y dando forma a la vasija, gracias a la práctica y habilidad del alfarero ceramista.

Una vez hecha la forma y en estado de cuero, se pinta con engobes hechos con arcillas y pigmentos. Luego viene una de las etapas más importantes del proceso: el bruñido o pulido, que consiste en frotar toda la superficie visible con piedras de río de diversas formas y tamaños, a fin de lograr que esta superficie quede completamente satinada y homogénea.

Una vez seca, la cerámica va al horno de leña y se quema a una temperatura de entre 700 y 900o C aprox. Estos hornos son construidos por los propios artesanos y alfareros en forma artesanal, y utilizan la leña (pedazo de tronco del Algarrobo) para hornar los ceramios.

La siguiente etapa es la decoración o barbotinado: se emplea aquí arcilla liquida para cubrir aquellas áreas que se desean mantener intactas y se deja al descubierto aquellas que se desean oscurecer. A esta técnica se le conoce como "reserva" o negativo. La pieza así decorada entra al horno de ahumado, en donde se han acondicionado hojas de mango. Durante esta quema de reducción, la hoja de mango empleada como combustible producirá no solo el humo que oscurecerá la cerámica, sino también una resina que al adherirse a la cerámica le dará el brillo característico del estilo Chulucanas.

La siguiente etapa consiste en retirar las piezas del horno de ahumado, limpiarlas, sacándoles la barbotina y darles el acabado final con ceras y betunes, frotándolas hasta dejarlas con un satinado impecable. Cuando se trata de piezas utilitarias, como vasijas y floreros, se les aplica además una solución impermeable que permite retener agua en un 95%.

Fuente:
http://www.regionpiura.gob.pe/

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